6. Pregaria Eucarística

6.- PLEGARIA EUCARÍSTICA

78. Ahora empieza el centro y el culmen de toda la celebración, a saber, la Plegaria eucarística, que es una plegaria de acción de gracias y de santificación. El sacerdote invita al pueblo a elevar el corazón hacia Dios y a darle gracias a través de la oración que él, en nombre de toda la comunidad, va a dirigir al Padre por medio de Jesucristo en el Espíritu Santo. El sentido de esta oración es que toda la congregación de los fieles se una con Cristo en el reconocimiento de las grandezas de Dios y en la oblación del sacrificio. La Plegaria eucarística exige que todos la escuchen con reverencia y en silencio.

79. Los principales elementos de que consta la Plegaria eucarística pueden distinguirse de esta manera:

a) Acción de gracias (que se expresa sobre todo en el Prefacio): en la que el sacerdote, en nombre de todo el pueblo santo, glorifica a Dios Padre y le da gracias por toda la obra de salvación o por alguno de sus aspectos particulares, según las variantes del día, de la festividad o del tiempo litúrgico.

b) Aclamación: con la que toda la asamblea, uniéndose a las potestades celestiales, canta el Santo. Esta aclamación, que constituye una parte de la Plegaria eucarística, la pronuncia todo el pueblo con el sacerdote.

c) Epíclesis: con la que la Iglesia, por medio de determinadas invocaciones, implora el poder del Espíritu Santo para que los dones que han ofrecido los hombres sean consagrados, es decir, se conviertan en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, y para que la víctima inmaculada que se va a recibir en la Comunión sea para salvación de quienes la reciban.

d) Narración de la institución y consagración: mediante las palabras y acciones de Cristo se lleva a cabo el sacrificio que Cristo mismo instituyó en la Última Cena, cuando bajo las especies de pan y vino ofreció su Cuerpo y su Sangre y se lo dio a los Apóstoles en forma de alimento y bebida, y les dejó el mandato de perpetuar este mismo misterio.

e) Anámnesis: con la que la Iglesia, al cumplir este encargo que, a través de los Apóstoles, recibió de Cristo Señor, realiza el memorial del mismo Cristo, recordando principalmente su bienaventurada pasión, su gloriosa resurrección y la ascensión al cielo.

f) Oblación: con la que la Iglesia, sobre todo la reunida aquí y ahora, ofrece en este memorial al Padre en el Espíritu Santo, la víctima inmaculada. La Iglesia pretende que los fieles no sólo ofrezcan la víctima inmaculada, sino que aprendan a ofrecerse a sí mismos[70], y que de día en día perfeccionen, con la mediación de Cristo, la unidad con Dios y entre sí, para que, finalmente, Dios lo sea todo en todos[71].

g) Intercesiones: con ellas se da a entender que la Eucaristía se celebra en comunión con toda la Iglesia celeste y terrena, y que la oblación se hace por ella y por todos sus miembros vivos y difuntos, miembros que han sido todos llamados a la participación de la salvación y redención adquiridas por el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

h) Doxología final: con ella se expresa la glorificación de Dios; se concluye y confirma con la aclamación del pueblo: Amén.